Según WWF durante los últimos años, el nivel de agua embalsada en España no ha mejorado, es más, el nivel de agua embalsada está por debajo de la media de la última década, y claramente la recuperación de 2018, año en el que llovió un 25% por encima del promedio del valor anual, no fue suficiente para compensar el uso con la acumulación por las lluvias. Además cuando llueve más no siempre se utiliza ese agua de forma idónea para poder acopiar agua en los embalses.
 
Sin duda, un caso interesante es el de la cuenca del Segura, donde a pesar de las lluvias torrenciales que asolaron la Vega Baja del Segura donde se acumularon en el promedio de la comarca el equivalente a la lluvia de un año, o en Murcia (San Javier), la reserva hidráulica del Segura está al 28.2% de su capacidad.
 
En 2021 el carácter seco del otoño contribuyó a que la situación de sequía meteorológica que se venia observando desde finales de verano en las cuencas del Guadalquivir y del sur persistiese al finalizar el otoño, al igual que en la cuenca del Ebro y Pirineos orientales. En el resto de las cuencas de acumulación españolas no se puede hablar en estos momentos de sequía meteorológica, aunque todas presentan una carencia considerable de precipitaciones, a excepción de las del norte y noroeste.
 
En el resto de Europa el pasado otoño, pese a unas temperaturas medias por encima del promedio de la última década, ha sido el segundo más frío de los últimos diez años. Destaca el hecho de que ha sido el otoño más cálido desde que hay datos del Ártico así como en Irlanda del Norte, mientras que en Irlanda, Gran Bretaña y el sur de Escandinavia, casi se ha alcanzado el récord.